Día 5 del viaje, estamos a mitad de semana, miércoles. Hoy fue uno de mis días favoritos. Salimos de Castelló d’Empúries y nos dirigimos a Cadaqués a unos 40 minutos en coche atravesando parte del parque natural de Cap de Creus que nos ofrece espectaculares vistas de todo el litoral. Este es un parque maritimoterrestre de gran importancia por la biodiversidad marina que existe en sus aguas y porque llaman la atención la forma afilada de sus rocas, consecuencia del viento de tramontana.
Llegamos a Cadaqués el alma de esta península y que sirvió de inspiración a diferentes personajes como Pablo Picasso, Luis Buñuel, Federico Garcia Lorca… Es un pueblo escondido entre el parque natural con acceso a las aguas del mediterráneo, llama la atención su iglesia de Santa María y sus calles empedradas con casitas blancas. Nos perdimos entre sus calles y acabamos caminando hasta una isla que se encuentra en un extremo del pueblo desde el cuál tienes unas buenas vistas.
Después nos fuimos al Cap de Creus, volviendo a retomar la carretera que atraviesa el parque con sus correspondientes curvas, acabamos subiendo al Faro construido en 1850 sobre una torre de guardia antigua. Allí hay un restaurante y baños públicos.
Las vistas son espectaculares y puedes respirar profundamente. Es el punto más oriental de la península ibérica. Está formado por acantilados y calas de difícil acceso, sin señalización, que bien merecen una visita. Es parque natural desde 1998.
Me sorprendió que en una zona tan turística, hayan mantenido en estado natural las calitas de alrededor del faro y de todo el entorno de la península del Cap de Creus. Estas calas vírgenes con mar en calma y perfectas para hacer snorkel y descubrir lo que esconde el fondo marino, guardan historias de naufragios que bien saben los marineros, pues lo llaman el «Cabo del Diablo».
Nosotras bajamos a la Cala Jugadora, vuelvo a recordar que el acceso es complicado y nos costó encontrar el camino correcto. Recomiendo llevar calzado deportivo en esta pequeña aventura de llegar a la cala, pues hay que atravesar matorrales y rocas afiladas. Esta cala en concreto y supongo que las demás, son nudistas. Excelente para buceo. Otras calas que nos recomendaron fueron la Cala Fredosa y Cala Culip, también en los alrededores del faro.
De vuelta a Roses, donde dormíamos, paramos en Portlligat, es el puerto natural de Cadaqués y donde está la casa de Salvador Dalí, creada a partir de barracas de pesca. Se encuentra en un magnífico entorno, tiene una arquitectura singular y recomiendo la parada.
Nosotras no entramos, por falta de tiempo, pero es interesante verla, aunque sea por fuera. El precio de la entrada es de 12€ por persona y 8€ para estudiantes o jubilados, la reserva hay que hacerla previamente o bien por la web o bien por teléfono. Si estás interesado en visitarla, te dejo aquí el enlace.
La visita nos dijeron que dura entorno a una hora y media. La casa está como la dejo Dalí en 1982, cuando decidió trasladarse al Castillo de Púbol (castillo que construyó para su esposa y donde está enterrada ella), tras la muerte de su esposa Gala.
La casa está formada por siete barracas de pescadores que fue uniendo. Le gustaban los animales disecados, de hecho tiene un oso polar que le regalaron y ocas disecadas. También es famoso su sofá en forma de labios, inspirado en una de sus musas la actriz Mae West. En la casa tiene dos de ellos y los demás se encuentran en el Teatro-Museo de Figueres.
Tras conocer parte de la historia de Dalí, nos fuimos a dormir a Roses, donde cenamos en el restaurante Can Falgás, pedimos un menú y estaba bien calidad-precio.