El tercer día del viaje, era lunes, nos despertamos en Tossa de Mar y nos dirigimos hacia Calella de Palafrugell. Fuimos al Jardín Botánico de Cap Roig, pertenece a La Caixa y para verlo hay que pagar entrada. Este enclave tiene una superficie de 17 hectáreas y posee 1.000 especies botánicas procedentes de todo el mundo. A parte de entrar en el jardín se puede ver el Castillo, aunque sólo por fuera. Nosotras decidimos no entrar, porque si lo que quieres es observar las vistas de la costa y sus calas se pueden hacer unas rutas por la montaña.
Después bajamos al centro del pueblo y recorrimos el paseo marítimo desde Port Bo hasta Llafranc, son aproximadamente unos 20 minutos andando.
Una vez de vuelta al coche, subimos al Faro de Sant Sebastià, desde allí se tienen unas vistas panorámicas de todo el litoral, ya que se ve la bahía de Llafranc, las calas de Calella y de Cap Roig.
Además, allí se encuentra las ruinas del poblado ibérico de Sant Sebastià de la Guarda que fue descubierto entre 1958 y 1960, abarca la cima de la montaña y los orígenes del poblado se pueden situar en el siglo VI antes de Cristo.
Es medio día y seguimos subiendo por la Costa Brava, descubriendo nuevas calas como la Cala de Aiguablava donde hay un parador y estaba lleno de coches, así que pasamos de largo y llegamos a la Platja Fonda, donde nos pegamos un baño para refrescarnos.
Después fuimos al pueblo de Begur, coronado por los restos de un castillo en forma de torre circular, que deja ver toda la costa. El castillo es de origen medieval y el primer señor feudal del cuál se conoce algo es Arnust de Begur allá por el siglo XI. En 1810, el castillo se destruyó por las guerras napoleónicas.
Desde Begur y al caer la tarde, nos dirigimos hacia los pueblos del interior como Pals y Peratallada. Primero llegamos a Pals, donde comienza la ruta de los pueblos medievales, que si la sigues, te lleva (en este orden) a Torrent, Sant Feliu de Boada, Sant Julià de Boada, Fontclara, Palau-sator, Peratallada, Canapost, Ullastret, Serra de Daró, Parlavà, Rupià, Foixà, La Pera, Púbol (se encuentra la casa-museo castillo de Gala, la mujer de Dalí), Cassà de Pelràs, Corçà, Monells, Cruïlles y La Bisbal d’Emporda. Para esta ruta, se estima un tiempo de 2 días, pero los pueblos destacados son Pals, Peratallada y Monells.
Pals es uno de los núcleos medievales mejor conservados de Cataluña, posee la iglesia gótica de Sant Pere, las murallas con 6 torres de defensa y la Torre de les Hores.
Peratallada es un pueblo amurallado también, más pequeño que Pals y más auténtico.
Este día dormimos en Torroella de Montgrí, sorprende el castillo en lo alto de la montaña, pero nos fuimos a cenar a Estartit, ya que nos dijeron que había más ambiente.